lunes, 21 de octubre de 2013

Lo que pasó... ya pasó.

Lunes 21de octubre de 2013, empiezo así una nueva semana y un nuevo mes para mi Lucía Catalina, estos cuatro meses han pasado demasiado rápidos. Cada vez tengo la certeza que mi bebé es una mujer encerrada en el cuerpo de una nena, por la forma cómo me mira, cómo llama mi atención, cómo me reclama.
Paulita felizmente está empezando a adaptarse a esta nueva rutina de vida, y por ende yo también. Es difícil, a veces me siento frustrada de no poder hacer todo lo que quisiera con ellas, por el tiempo, el dinero, el espacio; a veces me pregunto si esta es la vida que nos toca... hasta que punto tener que trabajar se convierte es un escape a la rutina del hogar y viceversa, solo puedo decir a favor que si no fuera por mi trabajo ahora estaría pagando costosas terapias de quiropraccia.
Recontando el tiempo transcurrido desde que mi vida dió un giro de 360°, empezaremos contando que mi hija mayor, Paula Cristina, nació el 17 de febrero de 2011 com 49 cm y 3370 g, se le veia tan fuerte, robusta, ... sana... nada más alejado de la realidad.
En la mañana de ese día fui a visitar a mi papito al cementerio (19.Jun.2009) y jamás me hubiera imaginado tener tanto miedo como cuando fui conciente de lo que le pasaba a mi hijita. Paula habia nacido con CIV (comunicación intraventricular izquierdo) fue terrible porque desde un principio nos dijeron que había la posibilidad de ser operada de su corazón... se imaginan? tener la imagen de tu bebe en una sala de opraciones con todos los riesgos que este implica, yo me lo imaginé. Pero 10 meses después de luchar para que gane peso, medicándola de manera estricta, estar atentos a cualquier movimiento que pudiera significar un signo de alarma para su salud, Paulita entró a sala de operaciones, fue lo más desesperante que he podido vivir.
Pasaron 7 día desde que literalmente me la tuvieron que arrancar de los brazos y entre 4 personas llevarla a sala de operaciones, 4 días de UCI , 2 de cuidados intermedios y 1 de hospitalización, a medida que pasaban los días le iban quitando la cantidad de tubos, drogas, y demás medicamentos que tenía en el cuerpo, fue una operación muy difícil, dijeron los médicos porque había mucho más de lo que fue diagnosticada.
La vida está llena de experiencias traumáticas, y espero que con esta haya pagado mi derecho de piso de ser madre; todo esto me ayudó a creer más en Dios, en lo que nos toca vivir, todo pasa por algo dicen, y yo venia de perder a mi padre por lo que tuve mi periodo de resentimiento con Dios (definitivamente no creo que Dios castige  o premie a las personas, pero ante tantas adversidades a alguien hay que culpar, con alguien debemos estar molestos).
Felizmente ya son casi dos años desde que todo esto pasó, y sentí que mi hija practicamente volvió a nacer, ahora está más vivaracha que nunca, hermosa, inteligente y es "la hermana mayor" porque le dí lo mejor que le puedo dar en esta vida "una hermanita", y aquí comienza mi segunda batalla....